El rap surge como un estilo musical en los barrios negros y latinos de Nueva York en la década de 1970, como la expresión desde el sonido y las melodías de la cultura hip hop, que agrupa corrientes estéticas como el grafiti, el break dancé o el scratch. Desde allí se lanzó al mundo, tomando diferentes peculiaridades regionales en cada país o continente.
Musicalmente hablando, mientras el hip hop propiamente dicho nace desde la música religiosa de origen negro
y se funde en gran manera con el funky el disco, el rap rompe con esta ligazón y se
acerca más al break dancé,
tomando al mismo tiempo un lenguaje propio.
En las primeras presentaciones de grupos de rap, el estilo se sustentaba en las músicas de un Disc Jockey que, utilizando
algunas canciones y
empleando cortes y mezclas,
lograba una composición que
funcionaba como fondo sonoro para que pudiese rapear un MC o varios intérpretes al mismo
tiempo.
Ese lenguaje y esa cadencia particular se sustentan en una actitud
contestataria, de una clara tendencia anti-sistema. Pero como toda expresión
artística, resulta muy complejo detenerla o congelarla. Es así que los raperos de los años 70 dieron
lugar a una expresión más metafórica y compleja desde la lírica en los años 80,
que a la vez se manifestó en los ritmos y bases de música empleadas.
Ya sobre los años 90, el mercado hizo lo suyo y muchos grupos o solistas
terminaron formando parte de la música
pop, adquiriendo una popularidad masiva impensada en un primer momento.
Hoy la diversidad de estilos y fusiones de la música rap con otras expresiones musicales es inmensa,
por lo que resulta complejo avizorar el camino que terminará tomando el mismo
hacia el futuro.
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